3 de mayo de 2012

Arqueología de la agricultura prehistórica en Rapa Nui

ARQUEOLOGÍA DE LA AGRICULTURA PREHISTÓRICA EN RAPA NUI. RESULTADOS DE LA CAMPAÑA VAITEA 2001-2002
Texto y fotos: Alejandra Guerra y Christopher Stevenson

En RdA 266  describíamos algunos trabajos arqueológicos que arrojaban información sobre la utilización del paisaje durante la prehistoria en Rapa Nui y las características de la agricultura prehistórica en la isla, y cómo estas diferentes técnicas pudieron haber contribuido al desarrollo y manutención de la organización social jerárquica. En esta ocasión, presentamos los resultados de las excavaciones llevadas a cabo en la campaña noviembre-diciembre 2002 en Vaitea (centro de la isla), que tenían como objetivo saber algo más sobre cómo fue usado el ambiente en estas tierras altas.
El objetivo de este proyecto es documentar y explicar la forma de producción agrícola en Rapa Nui y su efecto en la organización social. Las temporadas de campo 2001-2002 resultaron en la conclusión de la documentación del paisaje de Vaitea localizado en la parte central de la isla (RdA 266:35-42). Nuestros esfuerzos estuvieron dirigidos hacia la realización de dos objetivos inmediatos: registrar la localización de sitios domésticos y agrícolas, representados por estructuras de piedra y barro localizadas en superficie, y levantar un mapa de la distribución en superficie de jardines de piedra. Los resultados de la prospección en el área de Vaitea servirán para obtener una visión más completa de la variedad de estrategias de producción agrícola usada durante la prehistoria de Rapa Nui.
Excavación en área de Vaitea, Rapa Nui


Hipótesis de trabajo
La naturaleza impredecible de los recursos ambientales fundamentales, es frecuentemente considerada como la variable más importante que guía las decisiones económicas, el uso del paisaje, y la forma de organización social requerida para implementar estrategias adaptativas para asegurar la supervivencia de la población. Diversos autores han argumentado recientemente que los medioambientes caracterizados por una mayor incertidumbre (como el riesgo de pérdida de la cosecha), exhibirán un mayor tempo en el cambio de formas de organización y un mayor nivel global de complejidad organizacional. La implementación de formas intensivas de agricultura en respuesta  de condiciones ambientales marginales e inciertas, requiere que la autoridad de la jerarquía sea firme para que pueda ser obtenida una producción sobre el nivel doméstico. En esta investigación buscamos saber cómo la práctica de la agricultura prehistórica pudo haber contribuido al desarrollo y la manutención de la organización social jerárquica. En nuestra aproximación para entender el sistema de agricultura prehistórica, veremos cómo los rapanui prehistóricos utilizaron y cambiaron el paisaje de la isla. Estas modificaciones del paisaje en Rapa Nui ocurrieron en respuesta a restricciones ambientales fundamentales, en las que la agricultura era practicada. Esto fue un proceso dinámico y continuo. Durante los asentamientos en el Pacífico, los colonizadores tomaban inicialmente ventaja de las estructuras naturales del paisaje, como lugares protegidos del viento con abundantes fuentes de agua fresca. Estos ventajosos sitios fueron usados para los asentamientos y la agricultura tempranos. La siguiente expansión de jardines y sistemas de terreno, modificaron significativamente la estructura ecológica de muchas islas y los suelos superficiales que sostienen la biota existente. La eliminación del hábitat y la erosión del suelo han sido citados como resultados de un sistema expansivo de agricultura.
En este proyecto se examina el sistema agrícola de altura y se cuestionan dos preguntas: ¿Cuál fue el efecto de un mayor régimen de precipitaciones en las mayores  alturas, para las estrategias de la producción agrícola? ¿Cuál era la organización de la producción? La prospección arqueológica en el área de Vaitea ha proporcionado los datos necesarios para dirigir estas preguntas.

Excavación de un “jardín de piedra” donde se puede apreciar 
la acumulación de las pequeñas piedras que se extrajeron.
Prospección  en el Área del Proyecto Vaitea
Para estudiar los procesos del desarrollo agrícola prehistórico en Rapa Nui, hemos seleccionado como unidad de observación un sector del terreno de altura que fue utilizado de forma extensiva para la agricultura antes del contacto europeo. El uso del terreno de altura para la agricultura era significativamente diferente al de las áreas bajas. Este terreno es inclinado y accidentado con numerosos afloramientos de basalto. Hay pocos sitios domésticos permanentes obvios como casas grandes, corrales de gallinas, hornos subterráneos, y cuevas asociadas a jardines domésticos o campos agrícolas mayores. La región de Vaitea, hasta el alcance de nuestros conocimientos, no tuvo plantaciones continuas a gran escala como aquellas identificadas en La Pérouse (RdA 266). Nuestra inicial impresión es que las técnicas agrícolas prehistóricas y el uso del paisaje eran diferentes a mayores alturas.
Los datos presentados en este informe representan la prospección de un área de 1400 x 1260 m. Esta área había sido originalmente catastrada alrededor de 1980 pero las descripciones de los sitios no fueron acompañadas de la información sobre la localización del sitio y esos datos no habían sido subsecuentemente difundidos. Como resultado, este esfuerzo representa una re-prospección del área de Vaitea usando el mapa original creado por la Universidad de Chile. Además estos datos originales han sido aumentados con la localización de campos agrícolas y jardines. Esta prospección no ha duplicado exactamente el mapa original de la Universidad de Chile. En los 23 años intermedios la superficie del paisaje ha sido alterada por el pisoteo del ganado y la remoción de rocas para la construcción moderna de viviendas. De esta manera muchos sitios frágiles se perdieron. Además la cubierta vegetal ha impactado el proceso de prospección. En algunos casos el denso pasto impidió la re-localización de sitios conocidos mientras la prospección de áreas recientemente quemadas resultó en la identificación de sitios previamente desconocidos.
A pesar de esta variación creemos que nuestros datos son representativos del registro arqueológico en esta región. Estos datos fueron recogidos usando métodos sistemáticos de prospección de superficie adaptados al paisaje único de Rapa Nui. Debido al terreno accidentado la prospección no podía seguir un patrón regular de cuadrículas. Notas escritas, bosquejos y fotografías ocasionales fueron usados para registrar el inventario de sitios re-localizados. El sistema de posicionamiento global (GPS) fue usado también para registrar la localización de cada sitio. Los campos agrícolas prehistóricos fueron registrados en fotografías aéreas ampliadas tomadas por la Fuerza Áérea Chilena en 1963. Estas fotografías fueron ampliadas a una escala de 1 cm a 16 m.  La resolución a esta escala fue baja pero suficiente para identificar las distribuciones de rocas en superficie. Los jardines fueron delineados en la fotografía a medida que progresaba la prospección.

Resultados de la prospección
La prospección arqueológica de Vaitea resultó en la documentación de 374 estructuras prehistóricas de piedra en superficie. Estas estructuras han sido clasificadas en 23 tipos diferentes basados en su forma y metodología de construcción. Las categorías más frecuentes de piedras modificadas por el hombre incluyen alineamientos (76), cimientos de casas (72), restos de casas rectangulares (53) y hornos subterráneos (38). Estructuras de piedras menos frecuentes incluyen piedras trabajas aisladas (23), terrazas (17), casas circulares (14) y pavimentos de piedras planas (12). Finalmente, hay una baja densidad de casos de estructuras como talleres de basalto (2), cuevas (1), crematorios (1), cuencos de moler (7), hogares (6), senderos (8), petroglifos (6), plataformas (4), recipientes de almacenamiento (3), viviendas temporales (10), recintos amurallados (3), jardines amurallados (3) y abrevaderos (2). 
Individualmente estas estructuras de piedra de superficie nos hablan poco sobre la organización de la producción y el uso del paisaje en Rapa Nui. Sin embargo, encontrados en contexto, las asociaciones de las estructuras y su localización en relación con cada uno de los otros, los campos agrícolas y las estructuras naturales del terreno, revela mucho sobre el pasado económico y el comportamiento organizacional.

Excavación en área de Vaitea, Rapa Nui
Patrón espacial de las estructuras de piedra
El terreno del área del proyecto Vaitea incluye un flujo de lava disecada y fuertemente erosionada que se origina cerca del Maunga Terevaka y desciende al área de Akahanga. La ladera del terreno es en promedio alrededor de un 15% pero en frecuentemente interrumpido por afloramientos de basalto (puku) y bajas colinas en el terreno que forman pequeños valles protegidos. A veces están presentes terrazas naturales a los lados de esas depresiones lineales. Concentraciones extensivas de rocas en superficie están presentes en lo alto, laderas y en la base de las colinas, y están separadas por áreas claras en el centro de las depresiones, donde el suelo era acumulado y/o donde las rocas habían sido removidas por granjeros prehistóricos. En el tercio oeste del área del proyecto, vecina a las quebradas, se encuentra la orilla del flujo de lava y el terreno se vuelve eventualmente casi libre de rocas de basalto. La forma del terreno es mucho menos interrumpida y expuesta al viento. Ésta es una superficie mucho más antigua que precede la formación del más joven flujo de lava.
Cientos de sitios arqueológicos fueron localizados en estos dos terrenos con el mayor número de estructuras concentradas en la superficie del erosionado flujo de lava. Los tipos de estructuras de piedra más importantes incluyen casas rectangulares, pavimentos de casa, alineamientos, terrazas, piedras trabajadas, hornos subterráneos, recintos amurallados y senderos. Todas estas estructuras están hechas con piedras de basalto localmente disponible que ha sido a veces formatizado y re-transformado para dar forma a las estructuras. Algunas de éstas pueden ser funcionalmente interpretadas en base a su forma y a excavaciones (hornos subterráneos, casas, terrazas). Sin embargo, estructuras como los alineamientos de piedra desafían las interpretaciones. Estas estructuras lineales están hechas de rocas puestas unas tras otras. Son de diversas longitudes, algunas son ligeramente arqueadas y están orientadas hacia diferentes ángulos de la ladera. Por lo tanto, es probable que representen diferentes tipos de estructuras que podrían incluir estructuras temporales de madera, estructuras de almacenamiento o rompevientos. Su alta frecuencia de aparición (76), o cerca del 20% del patrón de asentamiento, significa que las actividades asociada con su formación no pueden ser identificadas. Para su identificación se requiere la excavación sistemática de una muestra de esas estructuras.        
La distribución de las estructuras arqueológicas refleja un patrón de asentamiento disperso que consiste en unidades simples y nódulos de estructuras espacialmente asociadas. En esta distribución pueden ser reconocidos dos patrones generales. El primero, cinco recintos amurallados se localizan exclusivamente en la porción sur del área del proyecto a aproximadamente la misma altura. Estos recintos consisten en conjuntos de campos de piedras rectangulares que forman una muralla de alrededor de 40-60 cm de altura. Tienen generalmente forma circular u oval con un diámetro de 30 a 50 m la presencia de significativos amontonamientos de piedras a uno o ambos lados del recinto sugiere que las murallas poseían múltiples niveles y pudieron haber alcanzado un metro de altura. Estos recintos rodean campos agrícolas de piedra y pueden haber servido como rompevientos además de definir el perímetro del jardín. En cada caso, una porción del interior del recinto ha sido aclarada de piedras y contiene estructuras domésticas como hornos subterráneas, alineamientos y pavimentos. En cuatro casos una casa rectangular se localiza inmediatamente fuera del recinto, y en un caso, dentro del recinto. La presencia de casas y áreas de actividad sugiere que los jardines entre las murallas eran cultivados de forma intensiva.
Por toda el área del proyecto aparecen múltiples estructuras, pero es en la sección sur del área prospectada donde aparecen en mayor número, y donde poseen el mayor número de estructuras asociadas. Los grupos de estructura incluyen los recintos amurallados así como grupos de sitios sin recintos amurallados. El Sitio 43/46 de un grupo de estructuras forma la mayor concentración y tiene el mayor número de casas, hornos y piedras trabajadas (paenga) dentro del área investigada. El tamaño promedio de los diferentes sitios es menor que en los dos tercios norte del área del proyecto y generalmente tiene menos diversidad de tipos de estructuras de piedra. No obstante, entre esas asociaciones no hay co-asociaciones obvias y repetitivas de tipos específicos de estructuras, aunque frecuentemente hornos y casas rectangulares son encontradas juntas. La carencia de un patrón puede verse influido por la fragilidad del registro arqueológico y la habilidad para interpretar la función delos alineamientos, piedras simples y pavimentos.

Fogón en las excavaciones de Vaitea
Campos agrícolas
El terreno entre el flujo de lava es accidentado, cubierto de rocas y es además la localización de muchos terrenos agrícolas prehistóricos. Los campos eran delimitados en base a los límites de las distribuciones de rocas concentradas  que cubren la superficie del suelo antropogénico. En este sector de la isla la medida de los campos alcanzan desde jardines de 30-50 m de diámetro a grandes y continuos campos que cubren las laderas y las cumbres de pequeños cerros. Estos últimos campos poseen cientos de metros de diámetro. Entre y dentro de los campos agrícolas se localizan viviendas y grupos de estructuras.
Las distribuciones de rocas que cubren los campos agrícolas en la parte alta de la isla son densas y uniformes en su concentración. Esto contrasta con las observaciones hechas en los paisajes bajos como La Pérouse en la costa norte. En este lugar, hay evidentes diferencias en el arreglo de las concentraciones de roca y fueron notados cuatro patrones diferentes. Estos tipos de campos incluían: a) densas acumulaciones de rocas con pequeñas y abruptas depresiones que se extienden bajo el suelo (pu), b) pavimentos de piedra en la superficie de los jardines, c) jardines que consisten en pavimentos de piedra con amontonamientos de rocas grandes adicionales, y d) suelos que han sido intencionalmente rellenados con pequeñas piedras. Todas estas variaciones en la manipulación de las rocas habría ayudado a reducir la evotransporación y a incrementar la productividad de los cultivos.
En el área de Vaitea esta distinciones no están presentes. Los campos agrícolas consisten en jardines con amontonamientos de grandes piedras en su superficie y suelos que han sido intencionalmente mezclados con pequeñas rocas. No hay presencia de pu en el área del proyecto y los grandes pavimentos de piedras, que son usualmente encontrados en áreas llanas, no están presentes. Además, profundos y continuos suelos mezclados con pequeñas piedras similares a los de las plantaciones de La Pérouse también están ausentes. Estos datos sugieren que el nivel general del manejo de los campos de piedra era menos intensivo. Como resultado se hipotetiza que la producción en esta área era más extensiva en comparación con los sistemas de los campos bajos.

Excavación en Vaitea, Rapa Nui
Organización de la producción
En estudios previos sobre tecnología y organización agrícola, se ha propuesto que la producción era supervisada o administrada por miembros de alto rango. Esta hipótesis es el resultado del hallazgo de viviendas de una arquitectura en piedra de mejor calidad. En las plantaciones de las tierras bajas del área de La Pérouse, la casa de un jefe con cimientos de piedra trabajada y un pequeño templo, fueron encontrados en un margen del sistema de campos extensivos, que fue bien extraída de sitios de habitaciones domésticas costeros. En la parte central de la isla, en las laderas del Maunga Tari, una estatua relacionada con un templo y una casa rectangular, fueron asociados con numerosas estructuras agrícolas (hoyos para plantar, canales para canalización del agua) y campos. La excavación de esta estructura reveló que las actividades relacionadas con la subsistencia no estaban presentes en la primera fase de ocupación. Ello sugiere que esta estructura no poseía una función relacionada con el trabajo. Otra variante de esta presencia ocurre en el área de Vaitea, y se refleja en la forma y distribución de casas rectangulares.
Las casas rectangulares aparecen casi exclusivamente a alturas elevadas (más de 150 m) en los volcanes de Maunga Terevaka y Rano Kau. Estas estructuras fueron vistas por sus cimientos hechos de piedras formatizadas (paenga) que definen el perímetro de 4 por 3 m de la estructura. Una cubierta de paja o junco sobre una superestructura de madera, habría completado la vivienda. Un pavimento de piedras plano está frecuentemente presente a un lado de los ejemplos que se preservan de este tipo de estructuras. Las paenga son rectangulares y sus dimensiones oscilan alrededor de los 30 x 7 x 20 cm. Éstas han sido fabricadas de basalto disponible localmente. Son por lejos más fáciles de producir que las paenga usadas para la construcción de las viviendas costeras de la elite. Incluso, reflejan una mayor inversión de tiempo y energía que muchas otras estructuras que sólo tienen una pequeña estructura de entrada de seis piedras planas, un umbral, y sin cimientos externos. Esta mayor inversión en arquitectura permanente es un pequeño pero obvio atributo que de inmediato diferencia estas estructuras y sus ocupantes.
Pasar directamente a una explicación sociológica para la variabilidad arquitectónica parecería ser prematuro sin considerar otras razones que contarían para una estructura más sustancial. No obstante, basándonos en el registro arqueológico excavado, las estructuras rectangulares no parecen ser lugares de almacenamiento. En las pocas estructuras excavadas, los cimientos no rodean estructuras de almacenamiento. Su tamaño es significativamente menor a las estructuras de almacenamiento para boniatos encontradas en otras regiones de Polinesia como Nueva Zelanda. Además, la arquitectura sólida no parece reflejar una ocupación prolongada o permanente. Las casas rectangulares no aparecen asociadas con otra arquitectura permanente como recintos ajardinados o casas de gallinas,  y tampoco han sido identificadas concentraciones de basura. La carencia de otros depósitos o estructuras sugiere que el uso puede haber sido repetitivo y a corto plazo.
Evidencia adicional para el origen del estilo de las casas rectangulares, surge de la variación de diseño entre la forma de las casas y sus asociaciones. Por ejemplo, en el sitio 18-189b el petroglifo de un ao fue encontrado en la cara superior de una piedra enterrada en la esquina de una casa rectangular. El ao, o doble remo de canoa, ha sido notado como un indicador tradicional de alto rango.
El hallazgo del sitio 18-161c, una casa sub-rectangular de gran tamaño y un pavimento frontal construido en la forma del petroglifo del ao, está relacionado con lo dicho. Aunque la estructura ha sido parcialmente distorsionada, parece que el pavimento frontal esparcido puede representar el cabello o el tocado. Los pavimentos laterales parecen representar las orejas y los cimientos delinean el área del rostro. Esta impresionante estructura se asocia también con una plaza y una plataforma de piedras amontonadas de 30 metros de largo. Todas estas estructuras son únicas con respecto a otros asentamientos en la región de Vaitea y argumentan por una decisión consciente de demostrar una posición social mediante diferencias en la arquitectura.
Un argumento contra esta interpretación podría estar basado en la relación de las casas rectangulares con casas de otras formas. Un total de 25 casas rectangulares y 76 pavimentos de casas que no eran de la elite, fueron identificados, lo que significa una relación de una residencia de elite por cada 1.5 casas del otro segmento. Agregando todas las terrazas, casas circulares y pavimentos de piedra (algunos de los cuales podrían no ser viviendas) resulta en una relación de una casa de elite por cada dos de las otras. Dicha relación claramente no se puede apoyar mediante ningún caso de estudio etnográfico o arqueológico.
Pensamos que esta inesperada alta frecuencia de viviendas de elite es debido a la visibilidad arqueológica diferencial  de las viviendas de elite. Las casas rectangulares son unas de las más perdurables de las estructuras de las tierras altas, debido a que poseen cimientos que están parcialmente enterrados. Incluso cuando la estructura está altamente removida, las piedras restantes son fácilmente identificables. En contraste, los pavimentos de simples rocas planas son fácilmente desarmables y más difíciles de reconocer entre la matriz del flujo de basalto. Creemos también que muchos de los asentamientos de altura no dejaron impronta arquitectónica en el registro arqueológico. Las casas temporales de madera y paja pueden haber sido comúnmente construidas y la cocina llevada a cabo en fogones abiertos o en hornos subterráneos sin un perímetro de piedras. Seis fogones superficiales con presencia de suelo enrojecido por la acción del fuego, fueron observados durante la excavación, y fueron frecuentemente encontrados durante las excavaciones en Maunga Tari. Hornos subterráneos sin una delimitación de piedras eran también la forma tecnológica de cocinar preferida en esta región.
Excavación en Vaitea, Rapa Nui 
Discusión
Como resultado de dos años de prospección arqueológica del paisaje en la región de Vaitea, un cuadro preliminar de cómo las tierras altas de Rapa Nui fueron usadas está comenzando a emerger. Los pobladores prehistóricos comenzaron a expandirse por esa área alrededor del 1250 d.C., o más o menos 400 años después del asentamiento. Sólo unas pocas fechas por hidratación de obsidiana indican actividad durante este tiempo. El uso más intensivo de la región parece haber tenido lugar entre el 1400 d.C. y el 1700 d.C. y habrían sido creadas la mayoría de estructuras registradas durante la prospección.
Se propone que los granjeros llegaron a esta región por diversas razones. Creemos que la población temprana de Rapa Nui fue creciendo rápidamente. Aunque la población fundacional inicial fue probablemente de menos de 200 personas, es probable que el aumento de población fue significativo entre las primeras cuatro centurias. Las regiones productivas de la costa y cercanas a la costa, fueron cubiertas con nuevos terrenos de cultivo, y nuevas regiones necesitaron ser cultivadas para alimentar un mayor número de personas.
Los granjeros se sentían también atraídos por esta región debido al mayor régimen pluvial presente en este sector de la isla. En sectores más bajos caen aproximadamente 1200 mm de precipitaciones al año. Mucha de esta humedad llega en la estación invernal y es útil para los cultivos de muchos años, como el taro. Sin embargo, el nivel de humedad se reduce durante la temporada estival de crecimiento, y puede variar de forma apreciable de año a año. La cantidad de precipitaciones está correlacionada con una mayor altura, y hay un significativo incremento de precipitaciones a partir de cerca de los 150 metros. Este patrón podría haber aumentado la humedad disponible durante el comienzo de la temporada estival de crecimiento, reduciendo de ese modo el riesgo global e incrementando la productividad. Esta mayor capacidad productiva ayudó a satisfacer la demanda de la elite de excedente de producción, necesario para la construcción de plataformas ceremoniales y para tallar y transportar estatuas (moai), moños (pukao) y nódulos de piedra trabajados (paenga). Creemos que esta última razón es la mejor explicación para el uso intensivo de la parte central de Rapa Nui.
La producción parece haber sido dirigida por grupos especializados que se desplazaban durante el año por los asentamientos costeros. El patrón de asentamiento de las tierras altas  consiste en varias casas dispersas o simplemente grupos de casas asociadas distribuidas entre los campos. Las casas están representadas por pavimentos simples y alineamientos asociados que deben haber sido otras formas de estructuras perecibles. Nuestra hipótesis es que muchas viviendas dejaron poca evidencia material visible que actualmente pueda ser detectado por una inspección del terreno superficial. De modo que muchas más estructuras domésticas han desaparecido sin ser reconocidas. La frágil naturaleza de estos sitios sugiere también que eran ocupados en cortos períodos pero de forma repetitiva. La excavación del pavimento de una pequeña casa cerca del Maunga Tari, apoya esta interpretación. El área del sitio fue extensivamente usado y estaban presentes muchas estructuras culturales. No obstante, muchas de estas estructuras eran redundantes. Los hornos subterráneos, por ejemplo, eran de tamaño variable, sin perímetros de piedra, y eran numerosos. Esta estructura contrasta con las viviendas permanentes de las tierras bajas donde existe un área de cocina formal con hornos subterráneos delimitados con piedras.
Los grupos de agricultores atendían los sistemas de terrenos que eran probablemente extensivamente cultivados. La salud de las plantas era fomentada por el terreno seco mismo, que creaba diversos lugares protegidos del viento entre las depresiones del terreno y la base de las laderas.  La superficie natural de piedras en esta área era removida para ayudar a crear un microambiente favorable y estas piedras fueron distribuidos ampliamente en el terreno. No obstante, el terreno no posee el grado de manipulación encontrado en elevaciones menores. El número de tipos de jardines parece ser menor. De todos modos, en ausencia de una excavación, es posible que otras tecnologías agrícolas no reconocidas hayan existido alguna vez.
Una nueva variación de los jardines de piedra fue identificada y consiste en cinco jardines amurallados localizados en la porción sur del área del proyecto. Las murallas de los jardines pueden haber sido de hasta un metro de altura y habrían ofrecido protección contra el viento. Los jardines interiores poseen una gran cantidad de piedras. En cada caso el recinto está asociado con una casa rectangular de elite, ubicada dentro o a un margen del jardín. Se hipotetiza que los jardines amurallados reflejan jardines de jefes intensivamente cultivados.
También argumentamos un significativo involucramiento de dirigentes de más alto rango en el proceso agrícola. Este manejo directo ha sido notado en asentamientos de tierras bajas en La Pérouse, basado en la co-presencia de un templo y una vivienda de elite a un lado de una gran plantación. Aquí, en la porción alta de la isla, el número de casas rectangulares de elite, y los complejos de casa-plaza, dan la impresión de que la producción agrícola fue altamente manejada por centurias. Hemos indicado que el mayor número de casa de elite refleja su mayor visibilidad arqueológica, y al mismo tiempo refleja una presencia importante de la elite. La generación de un excedente de producción puede no haber venido de forma completamente voluntaria y haber requerido en cambio algún descuido. Además, la cosecha y transporte de la producción con destino a las tierras bajas puede haber requerido un manejo para asegurar que la cantidad de tubérculos deseada alcanzaba a los consumidores correctos. Independientemente de las razones precisas, parece razonable asumir que la estructura estuvo basada en el cultivo en esta región.

Manavai con toromiro en los jardines de CONAF
Bibliografía

Cristino, C., P. Vargas y R. Izuarieta. 1981. Atlas Arqueológico de Isla de Pascua.  Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Centro de Estudios, Isla de Pascua. Santiago, Chile.

Stevenson, C, Wozniak, J. y S. Haoa. 1999. Prehistoric Agricultural Production on Easter Island. Antiquity  73:801-812

Stevenson, C., Ladefoged, T. y S. Haoa. 2002. Productive strategies in an uncertain environment: prehistoric agriculture on Easter Island.  Rapa Nui Journal 16:17-22

Wozniak, J., Stevenson, C. y S. Haoa. 2001. Geomorphological Studies of Gardens on Easter Island (Rapa Nui), Chile.  Paper presented at the 2001 Annual Meetings of the Society for American Archaeology, New Orleans

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